Facebook pretende que la búsqueda de información en libertad sea una odisea y paraliza las publicaciones de Sputnik Arabic. Sólo se me ocurre una explicación, no les gusta lo que publican
Ismael Sánchez Castillo
Diputado en el Parlamento de Andalucía (España)
Vocal en la Comisión de la Radiotelevisión Pública y sus sociedades filiales
No es nuevo, sabemos como se las gasta el líder global de Inteligencia para Operaciones de Influencia de Meta (matriz bajo la que se aglutina Facebook, Instagram y WhatsApp), Ben Nimmo, cuando alguien intenta salirse de los parámetros establecidos por la oligarquía económica, mediática y por ende, la política. Una nueva opinión que se intente proponer en el debate público y que vaya en contra de la posición que pretende ser hegemónica es suficiente para recibir una sanción por parte del gigante de las redes sociales.
Nadie podrá acusar a Sputnik, un medio que cuenta con la colaboración de centenares de profesionales de la comunicación en todo el mundo, de difundir mensajes automatizados, del uso de bots, de trolear, del uso de cuentas falsas… Entonces, ¿cuál es problema? ¿En qué se basa Facebook para bloquearlos si no hay un comportamiento inadecuado según sus propias normas? Sólo se me ocurre una explicación, no les gusta lo que publican.
Tampoco pienso que se les pueda acusar de anteponer el crecimiento de la firma frente a la seguridad de los datos de sus usuarios o a costa de la publicación de información falsa (fake news). La página de este medio suma casi 14 millones de visualizaciones al mes y un promedio diario de 296.000 visitantes únicos, según datos facilitados por Google Analytics. En Facebook, el público de Sputnik Arabic supera los dos millones de personas. Insisto, sólo se me ocurre una explicación, no les gusta lo que publican.
A estas alturas, creo que a nadie le sorprende el poder político, empresarial y mediático occidental y sus campañas por el “pensamiento único”, al puro estilo del ministro de propaganda nazi, Joseph Goebbels. Aún así, una buena parte del mundo seguiremos buscando otras fuentes de información, como Sputnik, porque como dijera Leonard Cohen, a veces uno sabe de qué lado estar, simplemente viendo quiénes están del otro lado. Queda Sputnik Arabic aunque a Facebook no les guste lo que publique.