El blog de Ismael Sánchez, donde informarte sobre su actividad y declaraciones

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El imperio cierra sus puertas: racismo, hipocresía y control desde Washington

15 Jun, 2025 | Noticias, Reflexiones

Una reflexión personal sobre la nueva medida migratoria de Estados Unidos, a la luz del análisis del historiador cubano Hassan Pérez Casabona.

La reciente entrada en vigor de la medida migratoria que prohíbe a ciudadanos de Cuba y otros países acceder a EE.UU. directamente o a través de terceros estados es un paso más —y uno muy grave— en el endurecimiento de la política migratoria del imperio norteamericano. Esta norma no solo criminaliza a quienes huyen de situaciones desesperadas, muchas de ellas provocadas por el propio intervencionismo estadounidense, sino que ahonda en una visión profundamente racista, imperialista e hipócrita del mundo. La decisión del gobierno de Donald Trump de prohibir la entrada a EEUU desde 12 países y el aumento de restricciones a la entrada de ciudadanos de otras siete naciones ha entrado en vigor el lunes 9 de junio de 2025. Este nuevo decreto presidencial prohíbe totalmente el acceso al país norteamericano a los ciudadanos de Afganistán, Birmania, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen. Al mismo tiempo, restringe de forma parcial el acceso desde Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela.

Como bien explica el historiador cubano Hassan Pérez Casabona en el vídeo que acompaña a esta reflexión, esta medida no puede entenderse desligada del contexto de guerra multidimensional que EE.UU. mantiene contra países que no se pliegan a su hegemonía. Hassan señala con precisión que lo que está haciendo Washington es cerrar rutas, endurecer requisitos, presionar a países terceros para que colaboren con estas políticas inhumanas y, al mismo tiempo, seguir asfixiando a naciones enteras con bloqueos, sanciones y desestabilización.

El cinismo alcanza niveles insoportables cuando EE.UU. impone sanciones que empobrecen a pueblos enteros y, luego, criminaliza a quienes intentan escapar de ese empobrecimiento. Lo que vemos no es una política migratoria, sino una estrategia de castigo colectivo. La misma lógica que encierra a Cuba en un bloqueo brutal se reproduce ahora contra quienes intentan salir del cerco. Lo denuncia con claridad Hassan Pérez, y es que el imperio provoca la crisis y luego criminaliza a sus víctimas.

La narrativa oficial habla de “inmigración irregular”, pero no dice nada del robo de recursos, de los golpes de Estado promovidos por la CIA, de las campañas de desinformación, de los fondos multimillonarios para financiar oposiciones golpistas o del sabotaje económico a gobiernos legítimos. Tampoco dice nada de cómo Estados Unidos ha convertido la migración en un arma política: abre puertas a unos, cierra fronteras a otros, según convenga a su agenda geopolítica.

Es especialmente grave el papel que están jugando algunos gobiernos latinoamericanos que, en vez de plantar cara a esta política discriminatoria, colaboran sumisamente con ella. El objetivo de Washington es dividir, aislar, sembrar miedo y desesperanza, para luego mostrarse como el único refugio posible, mientras criminaliza y deshumaniza a los que llama ‘ilegales’.

Desde Sevilla, desde Andalucía, desde el Sur europeo que también conoce el dolor de la migración y la injusticia de las fronteras, no podemos mirar hacia otro lado. Esta medida, que tiene precedentes en la política migratoria europea, refuerza un modelo global basado en la exclusión, la persecución de los pobres y la impunidad de los poderosos. Y debemos denunciarlo alto y claro.

Porque la lucha contra el imperialismo no solo se libra en los discursos o en las votaciones de la ONU. También se da en la defensa del derecho de cada ser humano a buscar una vida digna, sin ser perseguido por su pasaporte, su ideología o su lugar de origen.

Hassan Pérez nos recuerda que no estamos ante una excepción, sino ante una expresión más del verdadero rostro del imperio. Que no se trata de un problema técnico o coyuntural, sino de una política estructural de dominación. Por eso, frente al muro, más conciencia. Frente al castigo, más solidaridad. Y frente a la mentira, más verdad.

No es solo que Estados Unidos cierra sus puertas. Es que sigue construyendo un mundo donde solo quepan los suyos. No podemos permitirlo.