El blog de Ismael Sánchez, donde informarte sobre su actividad y declaraciones

El blog de Ismael Sánchez, donde informarte sobre su actividad y declaraciones

Sevilla, entre la oscuridad y el calor: una ciudad que no puede seguir así

19 Ago, 2025 | Noticias, Reflexiones

En Sevilla llevamos meses —y en realidad años— escuchando las mismas quejas en barrios muy distintos de la ciudad: se va la luz. Al principio, parecía que era un problema “localizado”, casi anecdótico. Hoy ya es un drama que afecta a miles de familias. Y lo más duro es que no hablamos de un simple corte de unos minutos, sino de apagones que se prolongan durante horas e incluso más de un día entero, en medio de olas de calor que superan los 40 grados.

He escuchado testimonios de vecinos que solo disponen de un par de horas de electricidad al día para poner en marcha un ventilador, cargar el móvil o conservar los alimentos. Personas mayores que viven en casas convertidas en auténticos hornos, o familias que dependen de un respirador o de un aparato médico que no puede funcionar sin electricidad. ¿Cómo es posible que en pleno 2025 sigamos hablando de supervivencia en una ciudad como Sevilla?

Endesa repite que el problema es el fraude, que hay plantaciones ilegales que consumen lo mismo que decenas de viviendas juntas. Pero mientras tanto, la realidad es que 38.000 sevillanos sufren cortes constantes y que barrios como Palmete, Torreblanca, Padre Pío o el Polígono Sur encadenan más de 25 horas sin suministro. Y el problema se queda en los barrios obreros.

Es evidente que hay un déficit de inversión, que la red no está preparada y que las soluciones llegan tarde. Se anuncian centros de transformación nuevos, se presumen millones invertidos, pero lo cierto es que las familias siguen a oscuras. Y lo que más duele es la sensación de abandono, de estigmatización: que la culpa siempre recaiga sobre los mismos barrios, cuando en realidad estamos ante un problema estructural, de planificación y de prioridades.

Lo que sí está a la altura de las circunstancias es la respuesta ciudadana. Vecinas y vecinos que se organizan, que protestan, que cortan calles, que ocupan espacios públicos o que salen a las plazas a decir basta. Esa movilización es la que ha puesto el problema en el centro del debate y la que puede forzar cambios reales.

La electricidad no es un lujo, es un derecho básico. En una ciudad que presume de ser referente turístico, de organizar grandes eventos y de atraer inversión, no podemos aceptar que miles de familias vivan en un apagón permanente. Sevilla no puede seguir avanzando a dos velocidades: la de quienes disfrutan de todos los servicios y la de quienes, en pleno verano, se juegan la vida esperando a que vuelva la luz.

Porque esta no es solo una crisis eléctrica. Es, sobre todo, una crisis de dignidad y de justicia social.