Había que abordar sin demora la dramática situación que está padeciendo la ganadería extensiva y hay que corregir la injusticia que se está produciendo con estos ganaderos en el reparto de los pagos directos de la PAC, que es además donde se sustenta principalmente la auténtica ayuda a la renta de los productores. Y, sobre todo, había que, como dice Bruselas, trabajar para evitar el cierre continuo de estas explotaciones ganaderas. Por tanto, el pasado 25 de noviembre mostramos una vez más en comisión parlamentaria todo nuestro compromiso en la defensa y apoyo a la ganadería extensiva, entendida esta como el conjunto de sistemas de producción ganadera que aprovecha eficientemente los recursos del territorio con las especies y con la razas adecuadas y que compatibilizan la producción con la sostenibilidad y generan servicios ambientales y sociales.
Entendemos que, y aprovechando la defensa de una proposición no de ley en ese sentido, en Andalucía hay que fomentar la utilización de razas autóctonas, la movilidad del ganado, la reducción de insumos externos, el bienestar animal y el manejo de cargas ganaderas adecuadas a los recursos disponibles en cada territorio. Hay que favorecer un tratamiento específico y diferenciado de los sistemas ganaderos extensivos y pastoralistas dentro de la PAC, y hay que promover la visibilidad social de la ganadería extensiva y el pastoralismo, y transmitir a la sociedad la importancia de sus aportes económicos, sociales, ecológicos y naturales. El sector ganadero constituye para un territorio como Andalucía un permanente pilar estratégico sobre el que sustentar su desarrollo sostenible y el de su gente. No solo lo es por su capacidad de generar y distribuir riqueza y empleo, sino también por el potencial que tiene para fijar población en el territorio, para garantizar la soberanía alimentaria y para mantener un medio rural vivo.
La respuesta a los problemas del sector solo puede llevarse a cabo desde la colaboración y la coordinación con los agentes implicados y desde la reorientación del modelo productivo y de todas las políticas públicas en las que se sustenta. Un nuevo modelo, la ganadería extensiva, que tenga como objetivo conseguir y preservar nuestra soberanía alimentaria, basado en el impulso de las explotaciones familiares, como hemos dicho muchas veces, y que reconozca el esencial papel de la mujer en el medio rural y fomente la incorporación de los jóvenes, asentados en la profesionalización del sector. Un modelo, y término, que además mantenga un medio rural vivo y reconozca los bienes y servicios que aporta a la sociedad y al medio ambiente, reconociendo su carácter multifuncional. Debemos concentrar nuestros esfuerzos en ir transitando hacia un modelo, aunque no lo refleje esta PNL, que vaya de la ganadería extensiva tradicional a la ganadería extensiva ecológica.